Cecilia Rognoni se acercó a Paraná en el marco de una clínica de hockey que organizó el Club Rowing, que a partir de ahora contará con la primera cancha de agua de la provincia. Rodeada de su familia y en un ambiente cálido y distendido dialogó en exclusiva con Hockey Pleno.
Cecilia Rognoni, feliz rodeada y disfrutando de su familia
Los momentos en familia siempre reconfortan, pero es inevitable dejar otros amores de lado. Así fue que Cecilia Rognoni planeó su visita a Paraná, con el fin de visitar a su papá Horacio, quien reside en la ciudad entrerriana y ejerce la dirección técnica del hockey del Club Rowing. Justamente fue ese deporte el que la involucró en la tarde del viernes, cuando brindó una clínica de hockey a la que se acercaron muchas niñas. “La idea era venir a visitar a mi papá, pero dar una mano no viene mal. Yo después me termino enganchando”, comienza relatando Cecilia, más distendida y con un café reconfortante de por medio en esa fría tarde.
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Pero su visita no sólo contó con brindar la clínica de hockey, sino que además, el día previo fue nombrada madrina honoraria de la nueva cancha de agua que incorporó el club.
Con una gran sonrisa, renovada, disfrutando cada momento con su familia y con su pequeña hija Nina, por la cual se desvive, comenzó su diálogo con Hockey Pleno.
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– ¿Cómo tomaste el que te hayan nombrado madrina de la cancha?
– Me lo tomo como un reconocimiento. Me llena y te va devolviendo de a poco lo que uno le fue dando al deporte. Hay movimientos que se van generando y ser parte de esto es un honor y también una responsabilidad, porque por ahí sos madrina, te ponen el nombre y fuiste, y la idea acá es poder colaborar. Si vengo una vez por año me gustaría seguir en contacto.
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– Al final de la clínica tenías a muchas nenas pidiéndote autógrafos que quizás no tomaron dimensión de lo que vos lograste, ¿cómo vivís eso?
– Es como que no termino de darme cuenta de eso. El reconocimiento es lindo, uno lo va recibiendo y se da cuenta de eso con el correr de los años.
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– Después de las lesiones sufridas en tus rodillas, ¿cuáles son tus planes con el hockey? ¿Pensás en volver a jugar?
– Cuando me pongo en contacto con el palo y la bocha en una cancha o en una clínica me dan ganas de jugar, pero cuando pienso todo el esfuerzo que tengo que hacer, entrenar todos los días para fortalecer las piernas, me da un poco de fiaca. Es como que estoy cansada, pero por ahí me agarra la locura y vuelvo.
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– ¿En dónde jugarías?
– En Bloemendaal ya me dijeron que cuando regrese, si quiero puedo volver a jugar. Me trataron muy bien allí, todos me cuidaron un montón. Lo que pasa es que llegan los domingos y quiero estar con Nina. El tema es disfrutarlo y cuando me resulta una carga, no va más.
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-Definitivamente no te podés despegar del hockey
– Ahora que ya estoy recuperada y no tengo dolor es como que a veces me dan las ganas de volver a intentar. Pero me lo tengo que tomar con calma. Todavía no pensé si quiero o no quiero jugar. O sea querer, quiero siempre y lo voy a hacer, pero quizás a un nivel más relajado. Por ahora te digo que estoy muy bien como estoy.
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– Sin embargo, pese a esa “fiaca”, por la Selección hiciste un gran esfuerzo
– Lo de la Selección fue un esfuerzo grande. El dolor físico siempre estuvo, controlado casi siempre, pero después llegó un momento en que no podía más. Fue bastante duro, en la gira me dolió mucho y llegó la hora de pensar en mí, en mi cuerpo y recuperarme para mi vida cotidiana.
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– Hace poquito se celebraron los diez años de “Las Leonas”, ¿qué cosas se te vienen a la cabeza?
– No podía creer que ya hayan pasado diez años. Por ahí empezás a rebobinar todo lo que te pasó, las cosas que hiciste, los viajes, lo importante que fue Sydney, Perth, Atenas. Empezás a recordar todas las cosas lindas. Ahora me estoy dando cuenta de las cosas que pasaron, pero en sí lo que significó y significa.
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– ¿Es otra la dimensión que toma ahora?
– Hoy todas las cosas que hago las veo con otros ojos y las disfruto de otra manera que antes no me pasaba.
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– ¿Nina tuvo mucho que ver en esto?
– Sí, y compartirlo con ella. Es un personaje, estoy enamoradísima de ella.
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– ¿Cómo es tu vida en Holanda?
– Estoy interesada para hacer el curso de coach en Holanda y podría trabajar de eso y tener más tiempo para Nina, ya que es por la tarde y tendría las mañanas y noches más libres.
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– ¿ Tenés pensado ir a ver el Mundial de Rosario?
– Por ahí vaya algún partido, un fin de semana. Me parece un evento genial, me gustaría estar ahí. Mientras pueda ir, voy a ir.
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– ¿Viste los partidos de la Champions Trophy de las chicas?
– Vi todos los partidos del Champions, menos contra Inglaterra que perdieron, y el de China a medias, después me enteré que habían ganado. La verdad que los partidos contra Holanda los jugaron bárbaro.
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– ¿Y cómo ves al equipo?
– El equipo está muy bien físicamente, pero hay que ver cómo se llega y cómo se desenvuelve en el torneo.
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– ¿Lo comparás con el equipo del Mundial de 2002?
– El equipo está muy bien. La combinación de distintas camadas y los distintos talentos. Están con pilas. Hay muchas similitudes. Lo que pasa es que los rivales son otros, no son los mismos de hace 8 años atrás, entonces el Mundial hay que jugarlo.
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– ¿La localía puede pesar?
– La localía nunca te puede jugar en contra. Las presiones son otras cosas, no esto. Lo que sí puede haber distintas motivaciones, pero creo que la localía les va a jugar en todo sentido a favor.
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Así, luego de una jornada a puro hockey, sol, música, juegos y familia, Cecilia Rognoni disfrutó de su estadía en Paraná, que la recibió con los brazos abiertos y a la espera de su pronto regreso. En lo que respecta a ella, es momento de disfrutar de la familia, después de tantos años dedicados exclusivamente al hockey.
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Más distendida, relajada y feliz en compañía de sus seres queridos, es hora de un merecido descanso para esta jugadora intachable y gran referente de todos los tiempos, que estuvo presente en las máximas alegrías del hockey argentino.
